QUIEN NO A SABOREADO, LA MAGIA AUN VIVA DEL PUEBLO OAXAQUEÑO, QUIEN NO CAIDO EN LA TENTACION DE UNA LIMPIA, PARA ELIMINAR "LA MALA VIBRA", QUIEN NO HA SENTIDO "UNA PRESENCIA" O ESTAR "EMBRUJADO CON EL AMOR" O "EL TOLOACHE (fuerza femenina), EN FIN ESTA PELICULA NOS INVITA A CRUZAR EL UMBRAL DE LA REALIDAD APARTE, Y BUSCAR EL RETORNO A IZTLAN CON ESTE CUENTO DE PODER, TOMEN EN CUENTA QUE ESTE TIPO DE ELEMENTOS DE CONOCIMIENTO SE DAN EN CIERTOS CONTEXTOS, NO SE DEJEN ENGAÑAR POR CHARLATANES, NO TODO EL QUE SE VISTE DE INDIGENA ES NECESARIAMENTE HOMBRE DE CONOCIMIENTO, SOBRE TODO SI LES COBRAN MAS DE LA CUENTA, LE FALTO UNA PARTE PERO AUN ASI NOS DA UNA IDEA DE LA TRAMA, NO SE LO PIERDAN.
grlaunkertov
El título de la película Rito terminal (México, 1999) es
un término antropológico que, según su director Oscar Urrutia Lazo, se
enmarca en los ritos de paso, es decir, en las transiciones que da el
ser humano en su vida. El rito terminal está asociado con el funeral,
que no es necesariamente el paso hacia la muerte sino la última etapa de
la vida, donde sigue latente la existencia pero ya no como ente vital,
afirma el también guionista.
Rito terminal toma como punta de lanza ese rito para
descubrir un mundo de vivos y muertos, donde un grupo de mixtecos de
Oaxaca expiará sus culpas. La historia se entreteje con la presencia de
Mateo (Guillermo Larrea), fotógrafo contratado por unos alemanes que
realizarán un documental sobre la fiesta del pueblo, que lo vincula a
doña Gloria (Soledad Ruiz), poderosa mujer de conocimiento, su hija y su nieta. En el
entramado se visualiza un cosmos mágico-religioso-ancestral que
contrasta con lo moderno de la computadora y de aparatos de video y de
fotografía. El tema se establece, pues, en ese universo indígena para
hacer contemporánea una realidad que coexiste con lo citadino. Y
entonces se da un sacudimiento de creencias y no creencias que
desembocan en una caótica búsqueda del protagonista por su sombra, que
ha perdido o le fue robada. Búsqueda que el espectador va siguiendo a
través de una estructura fílmica que deja a un lado el tiempo
cronológico y la lógica de una realidad conocida. En la radical
oposición entre dos actitudes vitales, Rito terminal confronta lo
lógico con lo mágico. En un juego de luces, la sombra de Mateo y el
alma de la muerta Guadalupe/Celia (Angeles Cruz), se manifiestan para
poner al descubierto cosas que no pueden ser explicadas racionalmente
pero que posibilitan el encuentro con fuerzas naturales que permiten
palpar un mundo distinto.
El realizador aborda lo indígena con un tono documental que se aleja
de lo pintoresco, en esta medida el registro visual del fotógrafo Ciro
Caballero y la banda sonora construida de sonidos, ruidos, efectos y
música de José Navarro crean una atmósfera de misterio, tradición,
inquietud y magia que contribuye a lograr ese tono.
Rito terminal es una película que, enmarcada en el
proyecto de realización de óperas primas del CUEC, es ejemplo de
profesionalismo y creación, a pesar de que se note una actuación no tan
pulida y una temática que no llega a profundizar del todo
Myrna Díaz Infante M. es periodista cultural.
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