viernes, 5 de octubre de 2018

ALFONSO CASO ANDRADE

Fuente: CDI Mx Publicado el 1 feb. 2017; recuperado por náhuatl audiovisual el 5 de octubre de 2018.

UNO DE LOS 7 SABIOS MEXICANOS QUE RE-VALORA  A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y REESTRUCTURA EL PENSAMIENTO PREHISPÁNICO EN LA BÚSQUEDA DE UN VALOR CULTURAL SUSTENTADO EN LA CIENCIA, LAS TRADICIONES ORALES Y LA DOCUMENTACIÓN DE LOS CÓDICES, Y SOBRA DECIRLO PERO NECESARIO MENCIONAR SU ORGULLO Y AMOR A SU SANGRE INDÍGENA. 

 Abogado, arqueólogo y antropólogo.

Para nuestros pueblos de América la antropología no es algo puramente teórico ni de una aplicación inmediata; es una disciplina que esta encajada en nuestro corazón y en nuestra vida”

 “El amor traba la interminable cadena cósmica que no logra vencer la muerte”



Uno de los pilares indiscutibles de la llamada época dorada de la arqueología mexicana fue el doctor Antonio Caso y Andrade, ilustre arqueólogo cuya sabiduría, dedicación y ética  en el desempeño de sus investigaciones. Entre sus grandes descubrimientos sobresalen la ciudad prehispánica de Monte Albán, con su magnífica Tumba 7, y varios sitios en la Mixteca, como Yucuita, Yucuñidahui y Monte Negro, en Tilantongo. Producto de esos descubrimientos fue una gran cantidad de libros, artículos, reportes, conferencias y literatura popular, que aún son necesarios para el estudio de las culturas mesoamericanas, sobre todo de la zapoteca, la mixteca y la mexica.
 
El doctor Caso es considerado el representante de una corriente de pensamiento llamada escuela mexicana de arqueología, que significa el conocimiento de las altas culturas mesoamericanas a través del estudio sistemático de sus diferentes manifestaciones culturales, como son la arqueología, la lingüística, la etnografía, la historia y el estudio de las poblaciones, todas integradas para entender la profundidad de las raíces culturales. Esta escuela creyó en el valor de la reconstrucción de la arquitectura monumental de aquellas culturas, con el objetivo de conocer a profundidad y hacer evidente la historia de nuestros antepasados, especialmente ante los ojos de los jóvenes modernos. Para ello se basó en estudios serios de diferentes expresiones, como la arquitectura de templos, palacios y tumbas, la cerámica, los restos humanos, los libros sagrados, los mapas, los objetos de piedra y otros materiales, a los que Caso llegó a interpretar después de muchos años de estudio.
 
La arqueología de México le debe mucho a don Alfonso Caso, ya que, como el gran visionario que fue, fundó las instituciones que aseguraban la continuidad de los estudios arqueológicos, como la Escuela Nacional de Antropología.
 
Fundó el Instituto Nacional de Antropología de Historia y el Museo Nacional de Antropología, sus estudios hicieron valorar a las culturas indígenas actuales, fundo de igual forma el Instituto Nacional Indigenista, organismo que dirigía hasta antes de morir.

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