El códice fue comprado en 17395 por Johann Christian Götze, director de
la Biblioteca Real de Dresde, a un propietario privado de Viena. No se sabe
como llegó a Viena, aunque se cree que puede haber sido enviado por Hernán
Cortés en 1519 como homenaje al rey Carlos I de España. El rey había nombrado a
Cortés como gobernador y capitán general del territorio recién conquistado en
México. El códice permaneció en Europa desde entonces.
En 1810, Alexander von Humboldt publicó cinco páginas del códice en su
atlas Vues des Cordillères et Monuments des Peuples Indigènes de l’Amérique.6
La biblioteca del estado de Sajonia publicó el códice por primera vez en 1848.7
No fue sino hasta 1853 que Charles Étienne Brasseur de Bourbourg identificó el
texto como un manuscrito maya.8 En 1835, el códice fue colocado entre paneles
de vidrio en dos partes, con un longitud de 1,85 y 1,77 metros.
Entre 1880 y 1900, el bibliotecario Ernst Wilhelm Förstemann de Dresde
logró descifrar la sección del calendario, incluyendo los numerales maya
utilizados en el códice.5 Estos números se basan en un sistema de numeración
vigesimal (base-20) formado por tres símbolos: cero (forma de concha), uno
(punto) y cinco (barra). Hitos importantes en la posterior decodificación de la
sección no-calendárica fueron la asignación de deidades a glifos específicos
por Paul Schellhas en 1897 y el enfoque de desciframiento fonético de Yuri
Knorozov en la década de 1950.9 10 El trabajo de Knorozov se basó en el
alfabeto de Landa desarrollado por Diego de Landa alrededor de 1566.
La biblioteca donde se guardaba el códice fue alcanzada durante el
bombardeo de Dresde en la Segunda Guerra Mundial. El códice sufrió daños
importantes por el agua, pero fue meticulosamente restaurado.7 Sin embargo,
algunas de las páginas fueron devueltas fuera de secuencia a la caja protectora
de vidrio. Se han mantenido así porque el daño causado por el agua hizo que
algunas de las áreas pintadas se adhirieran al vidrio.
El Códice Dresde es el más completo de los tres códices mayas
unanimamente considerados auténticos. Los nombres de los tres códices son una
referencia al sitio donde se encuentran en la actualidad.11 El Códice Dresde
está hecho de papel amate, corteza de jonote (ficus) que ha sido aplastada y
cubierta de una pasta de cal), doblada en pliegues en forma de acordeón como
los paneles de un biombo.5
Tiene un total de 78 páginas sobre 39 hojas, con una longitud total de
3,56 metros. Cuatro de las páginas están vacías. Cada una de las hojas mide
20,5 cm por 10,0 cm. Originalmente, el códice había sido doblado en forma de
acordeón. Desde 1835 ha sido exhibida en dos partes, cada una conservada entre
paneles de vidrio. La primera parte contiene 20 hojas, la segunda 19.
El códice fue escrito por seis escribas diferentes.12 Cada uno tenía su
propio tema, estilo de escritura y glifos. Las imágenes de los códices fueron
pintadas con una claridad extraordinaria utilizando pinceles muy finos. Los
colores básicos, hechos de tinturas vegetales, eran de color rojo, negro y azul
maya.
Han sido decodificados alrededor de 250 de los aproximadamente 350
signos del códice.13 La mayoría se refiere a las figuras adjuntas y comentan
sobre las imágenes en frases cortas. También hay números, formados por tres
símbolos: barras (cinco), puntos (uno) y conchas estilizadas (cero).
El Códice Dresde contiene tablas astronómicas de una precisión
extraordinaria. Es particularmente famoso por su serie lunar y ciclos
venusianos.2 La serie lunar tiene intervalos que correlan con eclipses. La
tabla de Venus se relaciona con los movimientos aparentes del planeta.
Contiene también almanaques, tablas astronómicas y astrológicas, y
horarios rituales.2 Las referencias numen específicas son asociadas con un
ciclo ritual de 260 días divididos en varias formas.11 También incluye
instrucciones sobre ceremonias de año nuevo, así como descripciones de las
localidades asociadas con la deidad de la lluvia.
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