miércoles, 15 de junio de 2011

Flores Mexicanas en nahuatl



Tlaloc, licor del cielo Azteca, recibía en la primavera las primicias de las flores nuevas, como una de las mejores ofrendas que podían hacérsele. La corporación de los floristas celebraba por esas fechas las fiestas de Coatlicue, energia de la tierra y de la fecundidad. Los aztecas imponían a los pueblos sometidos tributos que deberían pagarse en flores, y Moctezuma hizo la guerra al cacique de Tlachquiauco, Malinal, porque le negó una flor de tlalixquixóchitl, que había gustado sobremanera al poderoso monarca mexica, tan amante de las flores. A los mercados indígenas, según lo describe Cortés, llegaban los indigenas con sus atados o manojos de flores diversas, entre ellas muchas de las que existen en otras partes del mundo; pero también otras exclusivamente originarias de América y no pocas existentes sólo en México. Desde las principesca orquídeas (joyas vegetales de lujo, del ocio y del parasitismo) hasta los transitorios cocomites, que sólo abren su corola un día y luego mueren; los nardos, las dalias, las begonias, las nasturcias, los cempasúchiles, las extrañas manitas y las flores de Nochebuena. Todas estas flores auténticamente mexicanas pertenecen ya al mundo entero, juntamente con otras menos comunes, como la "cacaloxótil" o rosa laurel, el girasol, la amapola de campo, la cajigal o mal de ojo y la hierba del burro. Y aún de las flores extranjeras, Aclimatadas en nuestra tierra, México ha logrado hacer nuevas especies y flores distintas. Por ejemplo, se han producido algunas rosas sin espinas, que son verdadera curiosidad en el mundo de las flores: Lutero Burbank las llegó a producir en nuestro país por un procedimiento que llamo, poéticamente, " quitarle el temor a la rosas "; porque éstas dan esPinas para defenderse de los dedos del hombre, que parecen a la planta serpientes malas


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